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Hay unos 900 moais distribuidos en diversos lugares de Rapa Nui, en diferente estado de conservación. Algunos están restaurados, y otros están tumbados, e incluso partidos en varios trozos. Algunos tienen nombre propio, o el nombre se le asigna al Ahu en el que están agrupados.
Ahu Nau Nau
Situado en la playa de Anakena al noreste de la isla, está excelentemente conservado después de que se realizasen diversos trabajos de restauración.
Lo componen siete moais erguidos sobre una larga plataforma, donde 4 de ellos tienen colocado el pukao o sombrero.
Cantera en el volcán Rano Raraku
La ladera del volcán Rano Raraku es el lugar donde se encuentran el mayor número de moais. Al fondo, esculpido en la roca, se puede ver el moai Te Tokanga, el más grande de todos los moai.
La mayoría están semienterrados pero hay otros que están tumbados y también haylos partidos.
La cantera está anexa a un cráter sobre el que se ha formado un pequeño lago:
Aunque no es el punto más alto de la isla, desde la cantera se tiene una gran perspectiva de la isla:
Moai Hinariru
El moai Hinariru es especial porque es el único que tiene un cuello torcido
Moai Ko Kona He Roa
Este moai presenta un grabado representando un barco velero europeo de tres palos, realizado con posterioridad a que el moai fuese esculpido y ubicado en su lugar actual.
Existe la teoría de que los rapanui considerasen a los primeros exploradores europeos como enviados divinos.
Ahu Tongariki
Siguiendo un sinuoso sendero y un paso angosto en la piedra, se llega a una parte de la cima del volcán Rano Raraku con una de las vistas más espectaculares que yo he jamás disfrutado: el Ahu Tongariki con el océano Pacífico de fondo.
Aquellos chicos noruegos con los que hice amistad y yo nos quedamos absolutamente alucinados. Bajo nuestros pies teníamos una pared vertical sobrecogedora y, en frente, una de las maravillas del mundo, mirando hacia nosotros.
Al bajar hacia el Ahu, pasamos por varios moais tumbados y otros directamente partidos.
Y, finalmente, llegamos al majestuoso Ahu Tongariki, donde antes de entrar al recinto nos saluda el moai A Vere o moai viajero. Se le llama así porque fue enviado a la ciudad japonesa de Osaka en 1982 para participar en una exposición. Luego de retornar, en 1986 fue el moai escogido por el ingeniero Pavel Pavel para probar su teoría sobre cómo los rapanui desplazaban los moais desde la cantera a su lugar de destino. 20 personas y unas cuerdas probaron la teoría como cierta. Es uno de los pocos moai que miran hacia el mar.
El Ahu Tongariki está conformado por 15 moais, distintos entre sí, dispuestos sobre un Ahu de más de 100 metros.
El conjunto fue terriblemente impactado por el tsunami de 1960, originado por un terremoto en Chile, y que llegó atravesando el océano Pacífico hasta las costas de Hawaii, Nueva Zelanda y diferentes islas de la Polinesia. En Rapa Nui entró por el sureste y la fuerza del tsunami arrastró los moai varios cientos de metros hacia dentro de la isla, llegando el agua hasta la ladera del volcan Rano Raraku, y provocando destrozos en moais, pukaos, y otros elementos funerarios. Una colaboración entre Japón y Chile permitió que se restaurase el Ahu Tongariki a su estado original.
Tahai
En las inmediaciones de Hanga Roa, en la zona de Tahai, existen tres Ahus muy singulares. Este conjunto monumental es uno de los puntos más recomendados para ver el atardecer en Rapa Nui, pues los moai tapan el sol quedando detrás únicamente el océano Pacífico.
Ahu Vai Uri
Son 5 moais, en diferente estado de conservación, aunque un sexto moai puede verse en las inmediaciones, tumbado y partido. Se cree que este moai también formaba parte del mismo Ahu pero fue dañado por clanes rivales.
Ahu Tahai
Es el moai más antiguo de toda la isla. Su nombre significa «donde se esconde el sol».
Ahu Ko Te Riku
El el único moai «completo» en toda la isla, en el que se pueden apreciar cómo los ojos de coral y el pukao dan un carácter más imponente (y «presente») al moai.
Ahu Akivi
Es un imponente Ahu que tiene varias particularidades:
Está situado en el interior de la isla, en lugar de una más habitual ubicación en la costa.
Está perfectamente alineado astronómicamente, de forma que los moai enfrentan a la puesta de sol en el equinoccio de primavera, y dan la espalda al amanecer en el equinoccio de otoño. Esta disposición astronómica es única en la isla.
Aunque están en un Ahu, los moai están dispuestos mirando hacia el mar en lugar de hacia el interior como es lo normal.
La leyenda dice que estas estatuas no representan a antepasados de los moradores, sino a exploradores que fueron enviados por el Ariki Hotu Matu’a a explorar el océano y encontrar Rapa Nui.
Siete de ellos se quedaron en la isla esperando la llegada del Ariki, y son los representados en el Ahu Akivi.
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