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Hacer rutas en motocicleta es una forma espectacular de conocer un lugar. Al estar expuesto al exterior -y con una percepción de riesgo físico mayor que en un coche-, la motocicleta te obliga a estar atento a los parajes por los que pasas, y sientes la temperatura, los baches, el ruido del motor, el calor del motor en las piernas, las vibraciones, la lluvia, la velocidad y, lo mejor de todo, la inercia de tu cuerpo moviéndote cuando enlazas curvas. En coche el viaje es más cómodo, pero generalmente uno se puede aislar del exterior con mucha facilidad. El aire acondicionado, la insonorización de la rodadura, la música, el parabrisas… todo es una burbuja. Una maravilla también, pero cada forma de viajar tiene su propio encanto. El punto intermedio sería viajar en un coche descapotable, y yo hice un viaje fantástico desde Miami a Asheville en Carolina del Sur del que sólo puedo hablar maravillas, con el sol picando en el cuerpo, y el viento rolando por encima de la cabeza. Pero simplemente, no son las sensaciones que te da una moto.
A una misma distancia a recorrer, en motocicleta acabas físicamente -y mentalmente- agotado. Te bajas de la moto y te van a estar vibrando las piernas durante un buen rato, aún cuando estés en una silla. Te tiene que gustar.
En Panamá se da la circunstancia de que es factible visitar el Océano Pacífico y el Océano Atlántico en el mismo día. Es, por supuesto, un viaje razonablemente largo, y más cuando decidimos que íbamos a visitar la famosa playa de La Barqueta. Una «paliza» que uno recibe con gusto.
Vicenta
La moto era una BMW R1150RT (Reise-Tourer), una absoluta maravilla de moto para hacer largas rutas. La bautizamos «Vicenta», porque poner tus aposentos encima de una moto durante horas sin antes haberse presentado propiamente es de mala educación.
La moto en sí es una bicilíndrica en paralelo con 1130 centímetros cúbicos, 95 caballos y 280 Kg. de peso. Una bestia.
Una vez en ruta es muy dócil de llevar, pero el arranque en frío de Vicenta no era ninguna broma: esa protuberancia metálica que se ve al costado alberga un cilindro cuyo eje está paralelo al suelo y perpendicular al orden de marcha. Así que, cuando se arranca la moto, el cilindro pasa de estar quieto en reposo a moverse muy rápido con la ayuda del motor de arranque. Ese medio segundo la moto vibra hacia los lados y, como estés distraído y con la moto muy cargada de peso, la inestabilidad puede hacer que la moto se caiga. Y no se tú, pero no creo que yo pueda levantar 290 Kg. un metro y medio de altura para ponerla otra vez en vertical. Así que ojito con la broma.
En ruta hacia el Pacífico
La ruta hasta la playa de La Barqueta nos llevaría a atravesar 6 provincias: Panamá, Panamá Oeste, Coclé, Veraguas, Ngäbe-Buglé y Chiriquí.
Usamos para ello la famosa Carretera Panamericana, que es la red de carreteras más larga del mundo, de aproximadamente 30,000 kilómetros desde Alaska en el extremo norte de América del Norte hasta Ushuaia en el extremo sur de Argentina.
Ir por la Panamericana garantiza el acceso a un mínimo de servicios, como puede ser el combustible o agua y comida.
Otra cosa bien distinta es el nivel de los servicios o si, simplemente, están abiertos. No esperen estándares norteamericanos o europeos.
La ruta alterna tramos con un asfalto cuidado y un trazado cómodo de seguir, con otros segmentos de carreteras comarcales de asfalto cuestionable y trazado arriesgado.
El trayecto está rodeado de una vegetación frondosa y tupida, con lo que algunas curvas son ciegas como si fueses a girar en la esquina de un edificio y no ves nada al otro lado, pero claro, estás en una carretera rodando a una buena velocidad. Interesante.
No es infrecuente encontrarse agujeros en la carretera o algún tipo de obstáculo -como piedras o ramas y troncos- producto de algún desprendimiento, el viento, o algún transporte que no tenía su carga bien asegurada.
Área de servicio
Las áreas de servicio están atendidas por personal muy amable. Los servicios ofertados están de acuerdo a la costumbre local, que son los clientes a los que sirven habitualmente. Por ejemplo, self-service de una infusión no quise preguntar de qué:
Aún hay gente inconsciente que se queja de las Hamburguesas Uranga de la Feria de Córdoba. Viajar ayuda a relativizar:
Playa La Barqueta
Playa La Barqueta se encuentra aproximadamente a 25 kilómetros de la ciudad de David, la capital de la provincia de Chiriquí. Se extiende por varios kilómetros, ofreciendo amplios espacios de arena oscura y olas que varían de intensidad.
Es popular entre los surfistas debido a sus grandes olas. Impresiona su longitud. Y lo fría que está el agua -como cada vez que me he bañado en el Pacífico, ya sea en Norteamérica o Sudamérica, qué frío está ese océano comparado con el Atlántico.
Hacia Bocas del Toro
Para cumplir con el plan de bañarnos en ambos océanos en el mismo día, había que ir hacia el norte para alcanzar la orilla del Atlántico. Ya estábamos cansados, pero es una oportunidad única en la vida.
Para ello nos dirigimos hacia la provincia de Bocas del Toro, al norte de Chiriquí.
Seguimos la carretera principal y al acercarnos a la costa, cogimos la primera carretera que vimos que se dirigía hacia el océano.
Llegamos ya casi al anochecer y nos bañamos brevemente en el Atlántico para cumplir nuestro objetivo. No tengo fotos pues nos concentramos en disfrutar del momento.
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