If – Rudyar Kipling

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Recuerdo que mi madre me dio una vez una copia de este poema cuando yo era un -no tan problemático- adolescente y me gustó. Más adelante lo encontré impreso en alguna revista -recuerdo el papel satinado- y lo recorté y guardé.

Cuando comencé a estudiar en la Universidad atravesé una gran crisis del síndrome del impostor. Por circunstancias explicadas en otra entrada de la web, mi falta de base previa en matemáticas y física así como mi ausencia total de hábitos y herramientas de estudio me llevaba siempre a estar cuestionándome mi valía y mis posibilidades de finalizar la carrera. Uno de las herramientas que adopté fue colocar un tablón de corcho en frente de mi mesa de estudio. Y ahí recuperé ese recorte y lo coloqué en lugar prominente como fondo del tablón.

Este poema me acompañó durante esos cinco años de carrera, y lo miraba y releía en momentos de absoluta desesperación, que eran frecuentes. Y siempre recibía sosiego con el mensaje tan potente que transmite.

Hoy en día lo sigo teniendo presente más que nunca. Aún no he logrado todavía acercarme lo que quisiera a esta filosofía de vida tan estoica. Pero estoy definitivamente haciendo progresos que puedo percibir en mí.

Ya que no tengo tablón, lo dejo aquí.

If – traducción libre al castellano

Si no pierdes la cabeza cuando todos alrededor
La están perdiendo y encima te culpan;
Si tienes en ti mismo una fe que te niegan
Y no desprecias nunca las dudas que ellos tengan.
Si eres capaz de esperar sin que te canse la espera,
O calumniado, no caes en la calumnia,
O detestado, no terminas odiando,
Y tampoco te jactas de ser bueno o sabio;

Si puedes soñar sin que tus sueños te dominen;
Si puedes pensar -y no hacer de los pensamientos tu objetivo;
Si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso
Y tratar a esos dos impostores exactamente igual,
Si puedes soportar oír la verdad que has dicho
Tergiversada por villanos para engañar a los necios,
O ver la labor de tu vida hecha pedazos
Y agacharte y reconstruirla con herramientas desgastadas;

Si puedes hacer un montón con todas tus ganancias
Y apostarlo todo en un «cara o cruz»,
Y perder, y empezar de nuevo desde el principio
Y no decir nunca una palabra acerca de tu pérdida;
Si puedes forzar tu corazón, nervios y tendones,
A cumplir con tus objetivos mucho tiempo después de que se hayan agotado,
Y así resistir cuando ya no te queda nada
Salvo la Voluntad, que les dice: «¡Resistid!».

Si puedes hablar a las masas y conservar tu virtud,
O caminar junto a reyes, sin menospreciar por ello a la gente común;
Si ni los enemigos ni los queridos amigos pueden herirte;
Y puedes brindarte a todos pero a nadie demasiado;
Si puedes llenar cada implacable minuto,
Con sesenta segundos de lucha,
Tuya es la Tierra y todo lo que está en ella,
Y, lo que es más: ¡serás un Hombre, hijo mío!

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