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Por haber ido sellando la compostela a lo largo del Camino -y así acreditar un trayecto de más de 100 Km. a pie- pude solicitar en la Oficina del Peregrino el Certificado de Peregrino. Es una impresión de un texto en latín y es gratuita. Por un coste adicional, te ofrecen una certificación especial, que ni me propuse entender cuando me lo querían explicar. Adicionalmente, te venden un canuto de cartón por 3 € para que la puedas llevar enrollada y no se te doble si no tienes dónde ponerla. Merchandising, el que quieras. Yo le eché con mi móvil la foto de abajo encima de una mesa que había por allí, mientras estaba reluciente, y luego a la mochila que se fue.
La borrasca Aitor se cernía sobre la ciudad. Esta gran tormenta ya estaba ocupando titulares en los noticieros pues era muy violenta y se esperaba que provocase destrozos en Galicia. Estuvo todo el día lloviendo salvo algunos momentos en los que el cielo se abría. En una de esas treguas volví a la Plaza del Obradoiro para inmortalizar la Catedral sin bruma, con un cielo azul intenso.
La ornamentación de la portada de la Catedral es abrumadora.
Volví a contemplar la algarabía de los peregrinos mientras culminaban su objetivo de llegar a la Plaza del Obradoiro. Los que llegaban en ese momento sí podían tumbarse en el suelo de la plaza, como es costumbre, pues se había secado con el sol. ¡Instagram hervía!
Vista de la Catedral de Santiago por la puerta de entrada, con la «Fonte dos cabalos» con el Arca Marmórica y la fémina sosteniendo la Estrella de Compostela.
Santiago es una ciudad monumental cuyo casco antiguo está lleno de rincones. Las iglesias y edificios exhuman siglos de contemplaciones y sus largos pórticos corridos por cientos de metros resaltan su aspecto de ciudad medieval.
La Iglesia de San Martiño Pinairo fue construida en el siglo XII y tiene una preciosa portada barroca; preside una placita con mucho encanto.
En Santiago también es costumbre, como en Granada, que los bares pongan una tapa junto con la bebida. Recomendado por mi familia, me decidí a ir al famoso bar-hospedaje «La Tita». Su tortilla semicuajada es famosa en Santiago. Es pequeño, y hay que hacer bastante cola para entrar. Pero la tortilla estaba tan buena que volví al día siguiente.
A mediodía la borrasca Aitor ya arreciaba y traía mucha lluvia y viento. Por seguridad, el Ayuntamiento de Santiago cerró los parques públicos para evitar heridos por desprendimientos de árboles. Yo, más perdido que el barco del arroz, me puse a explorar cafés y bares en medio de la lluvia y encontré una joyita en el Pub Modus Vivendi. A media tarde, mientras leía un libro y tomaba un patxarán sonaban baladas rock del estilo de Nick Cave o Tom Waits. La lluvia se oía a través de los cristales.
Más tarde Santiago me despedía con una noche memorable que me hizo sentir que es un soplo la vida, y que veinte años no es nada. Pero al viajero siempre le llega la hora de partir y dejar atrás los dulces recuerdos. «Ultreia et Suseia» para siempre .
Este camino ha reforzado mi confianza en el prójimo, me he encontrado a mucha gente muy amable y también algunas personas excepcionales. Cierto es que el perfil del caminante en el microcosmos del camino no se corresponde al 100% con la persona media que te encuentras en la cola del supermercado del barrio. Es bien conocido como nos influye psicológicamente el «efecto grupo» en nuestro comportamiento. Cuando están rodeados de violencia y vejaciones, en general las personas tienen a ser más violentas. Puede que en el Camino el efecto sea el mismo pero en un contexto inverso: formamos parte de un grupo de personas que afrontan un reto -mayor o menor dependiendo de cada uno- y donde nadie está a salvo de sufrir un percance o un desvanecimiento. La norma de inclusión en la comunidad de peregrinos es el respeto y la ayuda desinteresada.
Hay un estudio psicológico -que leí en su momento y ahora no encuentro, cuando lo halle lo postearé aquí- que me parece mucho más interesante y que expone cómo las personas expresan o se comportan de una determinada manera no porque estén convencidas o ese comportamiento forme parte de su carácter, sino porque es lo que perciben que el resto del grupo/comunidad esperan que digan o hagan. Es la búsqueda pura de la conformidad con el grupo para buscar su aceptación. La paradoja es que, como nadie se atreve a compartir lo que realmente piensa, se pueden dar situaciones en los que un subgrupo que sin saberlo es mayoritario piense y sienta internamente lo contrario de lo que expresa, cuando por ser el grupo mayoritario, esos pensamientos autocensurados son los que deberían definir al grupo en su totalidad y los disidentes tener que conformarse a ello. En definitiva, la represión de nuestras ideas y el miedo cerval a la censura de grupo supone la muerte de nuestra identidad como individuos.
En cuanto a mis propósitos antes de emprender la marcha, los creo razonablemente cumplidos. He compartido mi espacio vital con total naturalidad y sin ningún estrés. Lo que es hablar, he hablado una jartá, pero tanto como he escuchado. Y probé la comida que me ofrecieron, sin remilgos -ahora tengo que encontrar dónde comprar queso de Arzúa-Ulloa -o queso de Tetilla- en Córdoba
Mi estado físico ha mejorado notablemente, porque no contemplaba otra opción que acabar cada etapa. Que alguien me acerque una pértiga.
Por cierto, la chica del Bla Bla Car del Aeropuerto de Sevilla –de la que os hablaba en la entrada inicial y que no me había respondido hasta entonces, con lo que me temía que no pudiese volver a Córdoba a las 11 de la noche– sí que se presentó al final y tuve un viaje de vuelta muy ameno. Si es que me salió todo rodado, oye.
Éste no es mi último Camino de Santiago
¿Es realmente el Apóstol Santiago quien está enterrado en la Catedral?
He dejado para el final la parte más controvertida. TLDR; es muy poco probable.
El Apóstol Santiago (su nombre también se puede traducir como Jacobo – Año Xacobeo ) era hijo de Zebedeo y Salomé, y uno de los tres apóstoles más cercanos a Jesús junto con su hermano menor Juan y Pedro. Fueron los únicos tres en presenciar la transfiguración de Jesucristo en el monte Tabor, los únicos en presenciar la resurrección de la hija de Jairus, y los que acompañaron a Jesús en el huerto de Getsemaní.
Santiago fue martirizado y decapitado en Jerusalén en el año 44 por Herodes Agrippa I de Judea, tal y como se acepta desde un punto de vista estrictamente histórico, y así también figura en la Biblia (Hechos de los Apóstoles 12:1-3). Por lo que es bastante improbable que viajase a lo que hoy es España y la atravesara de parte a parte evangelizando y siendo martirizado como la tradición católica reclama. Es que no le daba tiempo, vaya, considerando otros lugares en los que se atestigua que estuvo en la misma época.
No obstante, algunos historiadores católicos dijeron que desembarcó en Galicia. Otros, que lo hizo en Tarragona. Y habiendo ya comenzado su periplo evangelizador, se le apareció la Virgen encima del fuste de una columna en la ciudad de Caesar Augusta, quicir, lo que viene a ser La Virgen del Pilar de Zaragoza. Sin embargo, los primeros historiadores católicos en España y Portugal (siglos IV al VII) nunca mencionan al apóstol evangelizando España. Es harto difícil imaginar que no les pareciera un hecho relevante para incluir en sus escritos. Las Actas Apócrifas de Santiago lo ubican siempre geográficamente en la región de Judea. Los historiadores católicos que sí emplazan al Apóstol Santiago durante el siglo I en España son los de varios siglos posteriores (siglo IX en adelante).
No olvidemos que Santiago es el patrón de España. Y la Virgen del Pilar es patrona de la Hispanidad, de la Guardia Civil, de Zaragoza, de Aragón, y de Correos y Telégrafos. También es Capitán General del Ejército Español. No puede ser que todo sea un bulo. Es demasiado importante.
El Papa Juan Pablo II estuvo rezando en la cripta del Apóstol Santiago en su visita de 1989. Según la doctrina católica, el Papa, como representante del pueblo católico en la tierra, es el único que tiene comunicación directa con Dios a través del Espíritu Santo. Y todos los cardenales purpurados que eligen al papa con sus votaciones también están iluminados por la gracia del Espíritu Santo para que así voten al papa correcto -sólo que a veces no le hacen caso, porque son humanos y también pecan y tienen sus rencillas y sus egoísmos y todo eso… la gimnasia mental necesaria para justificarlo es de una exuberancia fascinante.
Así pues, la veracidad de la tumba del Apóstol Santiago está plenamente corroborada por la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana en la figura del mismísimo Santo Padre.
Entonces, si la Biblia misma indica que al Apóstol fue martirizado y ejecutado en el año 44, ¿cómo llega hasta Santiago de Compostela su cadáver?. Nada más sencillo, un par de milagros mediante: según la tradición cristiana sus discípulos, que sabían lo que él amaba a España, deciden montar los restos de su cuerpo en una barca sin timón -no importaba, ya que Santiago y su hermano Juan eran pescadores en Galilea- que atravesó el mar Mediterráneo y subió por el Atlántico y llegó al pueblo gallego de Iria. Tras una serie de vicisitudes con el gobierno local llegan a Iria Flavia (hoy Padrón) y lo entierran por allí en algún lugar perdido. Los dos discípulos que se quedan en la zona se (auto)convierten en obispos y siguen evangelizando. De todo esto no se sabe mucho durante 9 siglos hasta que Floro de Lyon, un muy influyente político y escritor eclesiástico y Diácono de Lyon -es decir, un hombre que se sentaba varias horas al día en un pupitre a escribir cosas– lo establece en el siglo IX al añadir pasajes al preexistente Martirologio de San Beda el Venerable. Lo que añadió ya es parte del canon de la doctrina católica y dudar de su veracidad es dudar de la Iglesia en sí misma. No te atrevas, hereje.
Es curioso que a un relato del que no tenemos pruebas fehacientes pero valida el canon cristiano se le considera «tradición», pero cuando bien la contradice o tiene origen pagano, entonces es «leyenda».
Si la tumba estaba perdida en medio del monte, ¿cómo llega el cuerpo a la cripta de la Catedral? Durante los años de la invasión musulmana de la Península Ibérica la zona de Iria Flavia queda muy despoblada y se pierde todo rastro de la tumba -si es que alguna vez lo hubo-. Pero en el año 816 un lugareño llamado Pelagio vio unas luces extrañas en un monte. Advirtió de ello al obispo, que mandó excavar en el lugar, y encontraron una tumba con un cuerpo con la cabeza decapitada situada al lado del coxis. Luces extrañas, un hombre decapitado.. ¡el mismísimo Apóstol Santiago les estaba indicando dónde estaba enterrado! El obispo manda cartas al Papa León, y la noticia se propaga por el mundo cristiano. El Rey asturiano Alfonso II El Casto, un hombre muy devoto y temeroso de Dios, decide viajar hasta donde se encontraba el cuerpo para comprobar si era en realidad o no el cuerpo del Apóstol. Decide que sí lo es -transcurridos 8 siglos, ¿basado en qué?-, y allí mismo manda edificar una iglesia donde albergarlo. El Rey es, pues, el primer peregrino a la tumba del Apóstol, y cunde su ejemplo y popularidad entre la cristiandad, que a lo largo de los siglos recorre el Camino Primitivo. Las donaciones aumentan, y con ellas en 1122 se termina la Catedral de Santiago de Compostela, a donde se traslada la sede arzobispal desde Iria Flavia. A partir de ese momento, Santiago de Compostela rivaliza con Roma y Jerusalén como ciudad emblemática de la fe cristiana, con los beneficios que ello implica para España.
Pero si el cuerpo que encuentran decapitado no es el del Apóstol Santiago, ¿de quién es? Pues diversos historiadores y filósofos de prestigio como Louis Duchesne, Unamuno, Sánchez Albornoz, y Sánchez Dragó defienden que el cuerpo decapitado pertenece a otro miembro de la Iglesia Católica. Prisciliano era un monje gallego del siglo IV que llegó a ser un influyente Obispo de la Iglesia. Pero predicaba una forma de profesar el cristianismo que se oponía a la ortodoxia reinante en la cristiandad -donde la mujer participaba en el ritual, defendía la vuelta a la humildad apostólica, el celibato no era obligatorio, se hacían misas nocturnas, iban descalzos y con pelo largo…- , y fue el origen de un movimiento asceta llamado priscilianismo. Provocó la convocatoria de dos Concilios para reprenderle. Juzgado -y torturado- en un tribunal católico y condenado por brujería y herejía a muerte por decapitación, es el primer ejecutado por razones eclesiásticas de la historia de la Iglesia Católica. Sus discípulos, con permiso de la Iglesia, trasladaron su cuerpo desde Trévere (Augusta Treverorum, en Alemania) hasta Iria Flavia, de donde era originario.
¡Ah! Las ironías del destino no podrían ser más perturbadoras: que en uno de los símbolos mundiales del catolicismo se venere en realidad a un hereje condenado a muerte por la misma Iglesia Católica.
Se ha solicitado hacer pruebas de datación de Carbono-14 al cuerpo que hay en la cripta. Ello permitiría discernir si es un cuerpo del Siglo I, del Siglo IV, o de qué otro siglo. La iglesia se ha negado a ello.
Transcribo a Juan Eslava Galán en su absolutamente delicioso libro «El catolicismo explicado a las ovejas«: la palabra Compostela deriva según algunos de compositum, «cementerio», y según otros de campus stellae, «campo de las estrellas», por las luces que se observaban en el monte y que atrajeron al curioso Pelagio. Es posible que fueran fuegos fatuos, un fenómeno natural producido por oxidación de la fosfina y el metano desprendido precisamente de la descomposición orgánica en pantanos y cementerios.
Otra teoría muy interesante adscribe el inicio del mito-culto de la tumba de Santiago a mozárabes exiliados en el siglo VIII en Galicia desde el Califato de Córdoba, que se llevaron consigo la historias de los primeros cristianos –Los Siete Varones Apostólicos– que desembarcaron en la costa de Almería en el Siglo I.
Realizo esta exposición en aras de la completitud. Si me conoces personalmente podrás haber percibido que no dejo piedra sin levantar cuando algo atrapa mi curiosidad. Durante todo el camino he estado inmerso en un entorno religioso -como no podía ser de otra forma- y he presenciado con todo el respeto los actos de fe de los peregrinos -una familia rezar debajo de un puente, o el señor E. que repartía estampillas con pasajes de la Biblia. Mi motivación no fue religiosa, pero aunque puede que no practique la religión cristiana al 100%, es indudable que la cultura y tradición cristianas están estructuralmente imbuidas en mi personalidad y valores. Y creo que eso es bueno. Yo respeto y aprecio a todo el mundo.
Durante un tiempo profesé el pastafarismo donde se adora al Monstruo de Espagueti Volador, que no es sino una religión satírica que nació en EE.UU para defender la libertad de credo y la separación entre estado e iglesia, específicamente en las escuelas públicas. Por tanto, no es un movimiento con fondo espiritual, sino un movimiento antirreligioso. Y no creció en mí.
Sin embargo, me autoordené sacerdote de la Iglesia del Nota de Los Últimos Días allá por 2017. En el Dudeísmo sí se profesa una variante bizarra del Taoísmo basada en el personaje «El Nota» de la película «El Gran Lebowski» . No es broma, en algunos condados de algunos estados de EE.UU. yo podría oficiar bodas religiosas.
Así que no os escandiléis mucho que os vigilo, pecadores…
Buen camino… ¡y buena vida!
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